La luna

Luna, dulce niña
que por la noche me miras
envuelveme con tu manto
para protegerme de este mar de llanto.

Te miro siempre en las noches
desde mi ventana escondida
donde te veo jugando
con las estrellas, tus amigas.

Que sería de la noche
sin tu luz bendita
que alumbra los corazones
de los olvidados en la vida.

Por eso te dedico estos versos
nocturna compañia,
que me acompañas en mis sueños
y en mis noches de pesadilla.

El silencio

Algunas veces incomodo,
otras veces exacto
para evitar mentiras
y algunas veces llanto.

Miradas esquivas,
pero el siempre presente,
de manera latente
en emociones que hieren.

Evitando respuestas
algunas veces inciertas,
que dejan puertas en mi
corazón siempre abiertas.

Pensamientos enmudecidos
de corazones compungidos
que por no expresar lo que sienten
acuden a ti o mienten.

Yo, una fiel servidora
de tu cruel amargura,
te bengigo y te maldigo
por estar siempre conmigo.